Al navegar por Internet puede que al intentar abrir una página web tu navegador te haya mostrado el mensaje de «no es seguro». Esto aparece cuando la web que se quiere abrir no tiene activo el protocolo de seguridad https. Por eso al diseñar una web, es importante que además de tener un diseño atractivo incorporar también el certificado de seguridad SSL. Si no es así, puede que un posible cliente se asuste o dude al ver ese mensaje y no entre en tu web.
HTTPS y HTTP, diferencias
Hace ya unos años que salió el término HTTPS e incluso en nuestro blog tenemos varias noticias referentes a su presencia inicial en Internet (protocolo https y páginas no seguras), pero nunca viene mal repasar los puntos más importantes, sobre todo ahora que las estafas por Internet han subido tanto.
El protocolo HTTPS es la versión segura de HTTP. El HTTPS incorpora una capa de seguridad adicional mediante el cifrado SSL/TLS, se trata de un protocolo de seguridad para la transferencia de datos entre cliente y servidor. De esta forma cuando accedes a una web a través del navegador, ese protocolo es el encargado del intercambio de información entre tu PC y el servidor donde está almacenada dicha web. Para que el cifrado funcione en tu página y, por lo tanto, se active el HTTPS, debes disponer de un Certificado SSL.
Una vez tengas activo el certificado, tu página será más segura, se mostrará como tal a los usuarios e incluso posicionará mejor en los buscadores.
Si tu página web todavía no tiene activado el certificado de seguridad HTTPS, ya puedes empezar a moverte. Habla con el que lleva vuestro hosting y pide que lo activen de inmediato. Y si te surgen dudas al respecto o no consigues obtener tu certificado SSL, no lo dudes, ponte en contacto con nosotros y nuestros técnicos se encargarán de encontrar la mejor solución.